10.6.10

✖Restos de heridas✖

Fíjate, si te das cuenta, una herida comienza con un dolor agudo, a los pocos segundos comienza a sangrar, después se forma un pequeño coágulo… y luego una cicatriz. La cicatriz ya no duele… pero si la rascas, la incas la uña o si la golpeas… puede volver a sangrar, y vuelta a empezar. Algo así sucede con las heridas que no se ven ni tampoco sangran… pero para mí, son las peores de todas. Esas heridas a veces llegan a vaciarte por dentro… esas heridas tardan mucho en cicatrizar. Insomio, palpitaciones, opresión en la garganta, temblores, nudo en el estómago, pérdida de fuerza, … es una mezcla de sensaciones cuando recibes un corte en el corazón. Uno se siente en otro mundo, no se tiene conciencia del momento ni el lugar en el que está. Y muchos deciden ocultar sus sentimientos, su dolor … y el pesar oculto es como un horno cerrado… quema el corazón hasta reducirlo en cenizas. Y no, no está bien… cada una de las personas que sufren en un determinado momento de su vida tiene todo el derecho a mostrar ese dolor… y afrontarlo, aceptarlo, llevarlo… porque tienes que tener en cuenta, que eres capaz de sobra de afrontar lo que sigue, porque si estás en el camino, lo peor ya ha pasado…
Muchas veces, estamos tan cegados por nuestra cólera, dolor o la desgana que no somos capaces de ver las “nuevas puertas” que se abren… o sí, no lo sé, pero muchas veces no estamos dispuestos a dar la vuelta al picaporte. Y hay veces que se sigue teniendo esperanzas, de que hay un lugar en un solo segundo qe la otra persona volverá, que la situación iba a volver a ser lo qe era… pero de esta manera, vivirás de fé y no de fuerza. En realidad, un corazón herido cicatriza abriéndose a los demás. Lo difícil es establecer que lo muerto queda fuera… pero mi vida continúa. Pero no te escondas, no te hagas el fuerte, no te guardes todo para adentro… recorrer el camino de punta a punta es condición para cerrar y sanar heridas. Mereces llorar todo y cuanto quieras, llorar es tan exclusivamente humano como reír. Sufriste un golpe brutal, la vida te sorprendió, hay personas que nunca te entendieron… y te has llegado a golpear a ti mismo la cabeza una y otra vez. Cuando el alma te duele desde adentro no hay mejor estrategia que llorar. “Tienes que ser fuerte” bah… chorradas. No tienes que ser nada ni dejar de ser nada… la fuerza se gana con el tiempo, y tu tiempo es tuyo. Tu alma ha sido mutilada y hoy se resiente de lo que le quitaron…y por eso, ahora me voy dando cuenta de todo. Ahora que por fín he abierto mis ojos y mi corazón, he podido ver la verdad de todo esto. Hay quien dice que cuando das un paso desde donde estabas, y no miras atrás, es porque realmente has abierto los ojos a lo que tienes delante, aunque alguna vez mires de reojo a lo que pudo haber sido. Y mírame, me he alejado, y sólo he mirado atrás unas cuantas veces. Estoy en la otra parte del mundo. Es normal que alguna vez mire con anhelo aquellos recuerdos, que sonría cuando pienso aquellas tardes, pero me lo pensaría dos veces volverlas a repetir… con tal de no volver a pasar por esto...ni sufrir, ni llorar, ni consumirme en mí misma. Y recibir golpes y más golpes de darte cuenta que esa persona nunca te necesitó, sólo fuiste un capítulo más de su enorme libro de aventuras. Cambié amor por palabras, no amor por hechos. El camino que tomaste, debía de haberlo tomado yo mucho tiempo atrás… aunque no es tan fácil eliminar algo de tu vida que te daba tanto y te impedía mil maneras de vivir. Y la próxima vez, le daré mi corazón a alguien que verdaderamente lo merezca. Estoy cansada de recogerlo del suelo hecho mil pedazos. Demasiadas tiritas, demasiadas caídas. Pero como he dicho muchas veces, uno nunca se rinde mientras sueñe bonito… y quiera vivir mejor.
.k.

No hay comentarios:

Publicar un comentario