
Pasaron años desde qe no rozaba su espalda con los dedos. Y una madrugada, ella dormía, y mientras, él se dirigía a su cama. Escuchó en sus sueños el grito de la llama...la llamada del fuego, y le abrió la puerta de la libertad. La amarró de las manos, la impulsó con fuerza a sus labios y parados frente a frente se quedaron perplejos mirandose los ojos destrozados de llorar. Y en un segundo la oscuridad fue consciente de la luz que desprendía...la pasión provocó una fuerza incontrolable a los besos más suaves, y el tiempo regaló los segundos acumulados a aquel momento de olvido. La abrazó...le abrazó. Y mantuvo sus pies lejos del suelo, cogiéndola en brazos, y cada paso que daba, era una huella del ayer, un paso al recuerdo, una caricia rota, un beso compartido. Una fuerza desbocada les arrastró hasta la zona más profunda de aquellas cuatro paredes blancas. Frías, muy frías...pero las carantoñas se apoderaron de la frialdad del mundo, de la indiferencia del porvenir, de la sacudida del dolor.
- Porque..?
- Porque esto es simplemente un sueño.
- Acaso no es real...?
- Qién te dice a tí...que un sueño no puede ser real...? y qe lo real no puede ser un sueño...? (...)*
.k.
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