A veces sólo intenta sacar una sonrisa para mantener la calma. Pero llega la noche y se mete debajo de la almohada. Aprieta fuerte el algodón contra ella y juega a no respirar para provocarse el olvido. Luego duerme sin querer y sin buscarlo, tiene un sueño de esos fáciles de princesas que no existen y vuelve a abrir los ojos. Imagina una vida nueva, pero no es así. Él está en el banco esperándola, esperando a ké, si ya no hay nada nuevo que esperar. Volvían de nuevo las palabras en alto y el fuego que hiela por dentro. Él estaba cansado de tanta espera. "No voy a esperar más, me he cansado de estar aqí día tarde y noche para qe salgas de una vez" Ella, aquel día, no sonrió para mantener la calma. Le apretó fuerte como a su almohada cada noche, y allí, allí mismo, jugó a no respirar, y esta vez se ahogó, porque él ya no era su aire, quiso ir a voLar a otra parte.
.k.
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