أمي

Érase una morsa.



A la que el impulso de conseguir mi mayor sueño, me llevó a ella. La primera vez que la vi, tenía los ojos frágiles y una sonrisa fuerte y constante. No sé a los demás, pero a mí me encanta esa combinación. Y mucho más si es en ella, la que demuestra en el día a día su enorme corazón, aunque siempre le cuesta abrirlo, de hecho, creo que muy rara vez lo ha podido abrir del todo. Ha tragado tanto y ofrece tantísimo de sí misma que para mí su vida es injusta, pero la fuerza que tiene para derribar todo lo malo la convierte en una de las personas más increíbles que conozco. Todos, y creo cada una de las personas que la conoce, se lleva una enorme porción de ella, pues siempre va regalando buenos recuerdos, incluso a personas que ella jamás llegaría a imaginar. Es de esas personas que lleva la palabra “amistad” tatuada en el corazón, y quienes entran en él, tienen la enorme suerte de tener la sensación de que este mundo merece la pena, sin necesidad de tener nada ni nadie más. Y yo, he llegado al punto de poder estar sentada con ella mirando a cualquier punto del mundo, sin tener que decir una sola palabra. Aunque ella no calle, no pare, no se enfade, … no te falla nunca.


Y gracias a ella, y solamente a ella, puedo seguir el camino hacia lo que siempre he soñado, ...sólo porque ella me acompaña.




Y yo, aunque no pueda darle todo lo que necesita, le regalaré siempre mis "te quiero".
Érase una morsa…érase siempre, mi Isabel.


.k.