25.8.11

.azar que rodea.

pero qué quieres. para qué vienes. porqué. si sólo era una niña que sentía el frio, y que ya no pasaban las horas en su mente cuando pensaba en él. era eterno, absoluto, estúpido. por eso decidió ir a lo alto de una montaña, a caminar, solo caminar. y se prometió a ella misma que al llegar le olvidaría, y que cada paso sería un recuerdo atrás. no quería que las huellas pisadas marcasen su llegada. llegar arriba era difícil, muy dificil, y nadie era capaz de saber por qué. ella desorganizó sus sentimientos y él los mató uno por uno. por eso las cosas que uno no elige son las que define a esa persona. no se elige donde naces, donde mueres, tu familia, tu corazón. no eliges a quién quieres y por quién mueres. ni siquiera las cosas por las que vives. y ella vivía y moría por él, pero creció a su lado con los pies torcidos, y cayó con su propio peso. o quizá los pies de ambos iban en dirección opuesta cuando se conocieron. los opuestos no se atraen, tan solo se cruzan y se acaban chocando. ella, ella sufrió el golpe más fuerte por la cordura de sus pasos. y él se metió en su cordura y cambió la dirección de sus zapatos viejos.
y ella entonces, después de tanto tiempo, se puso esos mismos zapatos ensuciados de ilusiones y confianza y se puso a andar. un paso, otro paso, uno más, más allá. a veces caía, otras veces corría más. cada día era un sentimiento y cada piedra un obstáculo. hasta que ya podía ver el cielo, las nubes, la luz. se perdió tanto en algo tan grande que se cayó en un foso. estaba oscuro y rozaba con su pasado. lloraba.
volvió a inclinar la mirada. le vio a él. era otro él. otra razón. otro sentido, otros pies. le cogió de la mano y la subió. era un él perfecto. un él extraño que no daba miedo. él mismo. él entero. él y sus ganas de hacerla andar. él caminaba, ella callaba. él la miraba, ella no se atrevía. era su él. y era su ella. y solo ellos llegaron a la cima. ella se desabrochó los cordones, quitó los zapatos de sus pies y uno de ellos se lo dió a él. y no tardaron ni un segundo en tirar los zapatos al vacío. estaban coordinados.
no solo la magia es para los magos. ni siquiera hace falta entrenar para que suceda. magia fue tumbarse los dos, mirar al cielo, y los pies en la misma dirección.



.k.
                                                                                                                

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