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se nos escapa, y no de las manos. huye lento para no tener prisa. corre fuerte para no sentir la debilidad delante de ti, y ni siquiera se da cuenta. da cuerda cuando no quiere hacerlo, es rutina y destino. las piezas que ya no están en tu cajón, el mechero encendido, el asiento del sofá roto, la lámpara que ya no alumbra. un mensaje a las 4 y 22 de la mañana, una carta urgente y una llamada perdida que no se quiso perder. las palabras zalameras que no dicen nada y las nubes cada día con más de medio mundo a sus pies. como el orgullo de los ojos de quien se rinden para no gritar. dolor en la garganta, pies fríos y sus costillas a punto de reventar. un corazón se hizo trizas y el otro se marchó. transparentes y remarcados con rotuladores sin tinta. ambos sin pasado ni futuro, más de tres puntos suspensivos y menos de una noche sin tregua. quiere y no quiere, desea y no duerme. coloca y se coloca, y los 45º de alcohol ya no existen, solo en la etiqueta de la botella rota. pinchazos de recuerdos que matan al sol, venenos del pasado que hacen llorar a la luna. ombligos que rematan las formas de ser y la falda que habla de quien no vale y un quizá un poco más. conoce los hechos gracias al diccionario, olvida las palabras por sus días repetidos. cambia y corta. corta y duerme.


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