27.8.12

y su mirada pasó de largo, como si los hubiese perdido de par en par. el ruido del motor no frenaba, y, mientras, lo malo en ella no es que durmiese sola, sino que lo hacía con un fantasma. la altura de sus miedos nunca querían arrodillarse, ni descansar. llegó a la habitación donde se perdió por primera vez, y sin ser la última aún no llegó a buscarse, no lo pensaba. ardía. y cada minuto de su cuerpo caminaba en el sentido del tiempo que no era suyo. pero aquellas manos cogieron la cuerda para subir a la luna y destrozar el sol, pisando los escalones a contracorriente. donde al final se escondió entre lo opaco y lo opuesto.
tan solo adentro.
.k.

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