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creo que hoy me voy a dirigir a mí misma. quiero, o más bien, necesito, merecerme un poco de mí, para mí y por mí. he vivido toda la vida a mi lado y pocas veces me he dicho a mí misma todo lo que siento. podría arremangarme y comenzar a contar mi vida desde que tenía un minuto de vida hasta el último minuto de ahora. pero no me acuerdo. y la verdad, prefiero no acordarme ni quiero tocar memoria. hay veces que una persona prefiere acumular cada sentimiento en una especie de fila india, uno detrás de otro, y así sucesivamente. pero en esa cadena no existe ni un principio, ni un final. mis días se tiñen de estados de ánimo y se nublan por la distorsión de esos días. no hay nada claro, esa palabra no existe. pero soy consciente de las mil personas que han pasado por mi vida. algunas en un segundo me han dicho todo con solo mirarme, y otras se han quedado para contar algún día nuestra historia. hay otras que han dado forma a mi infancia, otras a mi difícil e insoportable adolescencia y las de hoy por hoy están poniendo ladrillos a mi futuro. cada una de esas personas me han hecho romperme en dos. me han hecho romperme a reír o romperme a llorar, no merece más la pena que hacerse añicos por esos sentimientos. he amado hasta lo más profundo sin condición de ser ni de futuro inmediato y he callado lo que más necesitaba gritar. he querido ser de mil formas, he querido cambiar defectos y añadir virtudes, he querido quitarme días pasados y hay días que directamente he preferido no existir. pero no puedo cambiar nada de mi vida ni de mí misma, y no me arrepiento. soy como soy, es inevitable. gracias a todas las personas que hacen que en mi vida sea cada día igual de especial que el día de mi cumpleaños.

.k.