te echo de menos. pero no te lo diré nunca. porque nunca fue real y porque si lo hubiese sabido preferiría no haberme enterado. he querido darme un golpe para despertar, he pensado ahogarme con el agua del tiempo y no hay día que no quiera romper las agujas del puto reloj. deberías disfrazarte con la piel de mis sentimientos y volcar mis lágrimas reventadas. pero no te dejaré, siempre quiero y he querido lo mejor para ti. porque te quiero, no hay día que no te quiera y no hay momento en el que mis rarezas estúpidas no te echen de menos. lo inútil que parezco es sólamente la hazaña del orgullo y del giro que ha dado mi mundo en 180º. nunca entenderé el porqué de todo esto, pero parece que eso ya da igual. no pretenderé cambiar el color del cielo, pero sí pintaré mis días del color más alegre, y a mi cielo, si cabe, le dibujaré un enorme sol entre la frente de las nubes. no es cuestión de cambiar, ni de hablar, ni del tiempo. no es cuestión de nada. porque aquí no hay preguntas, ni respuestas. jamás las ha habido. en nuestro camino nunca nos preguntamos si era fácil o difícil, y nunca nos respondimos el porqué de cada momento. ha sido un palo, dos piedras, tres palabras y mil antologías en mi espalda. y siempre fue un para siempre, mi imaginación no llegaba tan alto, o tan bajo. pero sí, te echo de menos. mucho. pero no te lo diré nunca.
.k.
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