27.8.12


"Quizás les haya pasado en alguna ocasión. Quizá, alguna vez, caminando por la calle les pareció ver entre el tumulto de la gente a una persona a la que amaron durante mucho tiempo. Apenas fue un instante, un breve destello de luz. El suficiente como para dejar una quemadura en la retina y en el alma. El suficiente como para dejarte paralizado en mitad de la acera sintiéndote a contracorriente de todo. Sin saber muy bien qué hacer o qué decir. Se le llena a uno la cabeza de recuerdos. Y el caso es que no estás seguro de que se trate de esa persona, porque primero fue un breve instante y también porque hace tanto tiempo de todo aquello que… que todos hemos cambiado en este tiempo. Y tú también aunque a veces te niegues a reconocerlo. Y está bien que así sea. El caso es que entonces uno se queda dudando en mitad de la acera pensando si no será que confunde la realidad con el deseo. Quiero decir que quizá sí se trate de esa persona, pero alomejor no. Alomejor uno lo desea tanto que la inventa entre la gente. Desapareciendo y apareciendo, apareciendo y desapareciendo. Y no digo que quedara algo urgente, por decir algo pendiente, quizá no sea eso, quizá sea un deseo inconsciente y uno solo quiere encontrarse con esa persona para decirle… cualquier tontería. Quizá para recuperar un retazo de aquellos tiempos en los que éramos eternos e invulnerables, quizá solo para decir: qué ha sido de ti en todo este tiempo. Que ha sido de nosotros… que ha sido de mi."
Ismael Serrano.

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